Esta semana he llegado a una conclusión bastante triste tras escuchar un podcast e investigar sobre lo que se decía en él que confirma lo que llevaba pensando hace bastante tiempo:
Estamos obligados a invertir y ello nos convierte en inversores por necesidad, pero eso no nos salva de la guillotina.
Por lo tanto, estamos obligados a tener un segundo trabajo que es estar pendiente de los distintos mercados financieros sin que nos asegure el futuro.
Quien no lo haga simplemente está firmando un suicidio a posteriori en lo económico.
Me explico.
Tras escuchar una charla me he puesto a investigar sobre la teoría monetaria moderna o MMT.
Para el que esto le suene a chino, es una perspectiva económica que desafía algunas de las ideas tradicionales sobre cómo funcionan el dinero, el gasto público y los déficits fiscales. Te lo explico para dummies.
Según la MMT, los gobiernos que controlan su propia moneda (como Estados Unidos, Japón o el Reino Unido) no pueden quedarse sin dinero.
¿Por qué? Porque ellos mismos lo emiten. Entonces, si necesitan más pasta para financiar proyectos, simplemente imprimen más. ¿Qué pasa con el déficit? Pues según la MMT, no es algo malo de por sí. Mientras no haya una inflación galopante, el gobierno puede gastar lo que haga falta para impulsar la economía, crear empleo y mejorar los servicios públicos.
Ahora, aquí está el truco, para la MMT, el objetivo no es mantener un presupuesto equilibrado, sino controlar la inflación. Si el gobierno imprime demasiado dinero y hay más demanda que bienes disponibles, entonces sí, suben los precios. Pero, hasta que se llegue a ese punto, pueden gastar a tope para mejorar la economía sin preocuparse demasiado por el déficit. Una y otra vez.
Ahora bien, aquí en Europa, la cosa cambia bastante. Los países que no controlan su propia moneda, como los de la Unión Europea que usan el euro, no tienen la misma libertad para gastar que los países que emiten su propio dinero, como Estados Unidos o Japón. En este caso, no pueden simplemente imprimir dinero para financiar su gasto público. Pero seguimos gastando.
¿Qué significa esto? Básicamente, estos países están limitados por las reglas del juego del euro. En lugar de tener un banco central propio que pueda crear dinero a voluntad, están bajo la supervisión del Banco Central Europeo (BCE), que establece políticas monetarias para todos los países que usan el euro. Así que, si un país de la UE quiere gastar más de lo que recauda en impuestos, tiene que endeudarse, es decir, pedir prestado en los mercados financieros.
Y ahí es donde empiezan los problemas: al depender de terceros para financiarse, se enfrentan a la presión de los inversores y a los famosos déficits fiscales.
A diferencia de un país que controla su moneda, los de la zona euro no pueden simplemente imprimir dinero si tienen un déficit.
Además, siendo los países del sur de Europa las putas de la fiesta, peor todavía. Sumado a que todos dependemos del dólar, no puedo no ser pesimista.
La peor parte es la siguiente. Según todo esto no existe la escasez en los mercados que invertimos y lo de la bolsa siempre sube se convierte en una sentencia. Y digo sentencia porque como mucho vamos a empatar o incluso a perder según la habilidad de cada uno.
El real estate puede que sea un refugio siempre y cuando se mantenga escaso por la burocracia y la regulación.
El oro puede serlo también siempre y cuando los bancos centrales no les suden las manos y se desprendan de él.
Y Bitcoin, junto con el Real Estate lo único que le veo sentido, siempre que la gente se de cuenta de cosas como las que he expuesto.
En fin, dadle una vuelta a esto y si he dicho alguna barbaridad, que alguien me corrija. Pero uno ya se cuestiona todo.
A veces la curiosidad no es tan sana.
Por eso el dinero tiene que estar desvinculado del estado, lo cual es un gran reto.
Pues si, invertir, por muy bonito que sea te obliga a dejar de dedicarle tiempo a otras cosas.