Para cambiar esta situación se requiere un enfoque multifacético que involucre a diversos actores. Algunas posibles formas de abordar el problema incluyen implementar regulaciones para aumentar la transparencia en la publicidad política y las fuentes de financiamiento, promover la educación en alfabetización mediática para ayudar a las personas a evaluar críticamente la información, apoyar y promover una amplia gama de fuentes de medios para reducir la influencia de unos pocos medios principales, fomentar la verificación de hechos para combatir la desinformación, presionar a las plataformas de redes sociales para hacer cumplir políticas contra cuentas falsas, bots y campañas de desinformación, promover el discurso civil y respetuoso, centrado en los problemas en lugar de los ataques personales o ideologías, abogar por reformas en la financiación de campañas para limitar la influencia del dinero en la política y nivelar el campo de juego para todos los candidatos, alentar la participación comunitaria en los procesos políticos para fomentar una ciudadanía más informada y activa, y fortalecer las protecciones legales para periodistas y denunciantes para garantizar su capacidad para informar sobre temas de interés público sin temor a represalias. La implementación de estas estrategias requerirá la colaboración entre gobiernos, organizaciones de medios, empresas tecnológicas, sociedad civil e individuos para crear un discurso público más transparente, informado e inclusivo.