Cada vez que vuelvo a España y dejo propina en cualquier local los trabajadores alucinan, y me parece un poco triste esa cultura de esclavitud, porque es lo que parece muchas veces. Hay muy poca empatía. Ojalá por aquí o con las nuevas generaciones vaya cambiando un poco la actitud, pero bueno, cada uno que evalue sus actos, no tengo la verdad absoluta...